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Ana Mato "a la doméstica"


Da lo mismo que la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, haya rectificado. Se dan dos circunstancias en su definición de la violencia de género como violencia doméstica (o en el entorno familiar) que no debemos dejar de tener presentes.
1) El ser humano Habla como Piensa.
2) Las personas que representan a la derecha en este país han sabido copiar, mimetizar su lenguaje como si fueran de la izquierda pero, por supuesto, sin defender los valores que ésta última tiene detrás de su lenguaje y expresiones.

No creo que debamos confiarnos lo más mínimo de un partido que estuvo en contra del Ministerio de Igualdad y que puso a su Ministra en el centro de la diana de sus dardos despectivos, insultos y descalificaciones. No podemos dejar pasar el hecho de que dieran la matraca hasta la saciedad en lo que de injustia tenía para los hombres la Ley Orgánica contra la Violencia hacia las mujeres, y todo por no entender que la Violencia de Género tiene unas peculiaridades que no tiene otro tipo de violencia.

Que ha rectificado... ¡es lo mínimo! Eso nos dice que tiene buenos asesores y que quizá haya escuchado además de oir la llamada telefónica de Miguel Lorente, en la que según creo le dio una mini clase magistral para que se desenvuelva hasta que se ponga al día.

Cualquier cesión en torno a esta lacra social que sufren las mujeres y sus hijos e hijas es dar un paso atrás y no estamos para ello. Las Asociaciones de mujeres, las feministas, las progresistas, las víctimas y muchas mujeres y hombres, hemos luchado porque el pegar a una mujer no fuera cosa de la fmailia, porque no se quedara en el ámbito privado y te echaran de una comisaría con cajas destempladas.

La Violencia de Género tiene su raíz en el machismo que perdura en nuestra sociedad y que hace creer a los hombres que maltratan, que la mujer es una más de sus posesiones, y por tanto que puede hacer con ella lo que quiera si no hay una sumisión total a sus dictados.

La Violencia de Género no sólo es ejercida por maridos, parejas o ex, sino que lo es también por vecinos, abuelos, compañeros de clase, novios, hijos, e incluso, desconocidos que atacan y abusan sexualmente de mujeres por el mero hecho de serlo. Y lo hacen en casa, o en el trabajo, o en el portal, o en el coche o en un descampado.

La Violencia de Género no necesita de motivos para el maltratador: puede tratarse de una cena que encuentra fría cuando viene de ser encantador en el bar con sus amigos, o porque ella está hablando por teléfono, o simplemente porque su manera de vestir es para él una provocación.

La Violencia de Género, además de repercutir en la mujer que es víctima de ella, se extiende a quienes la ayudan ya sean familiares, amistades o personas desconocidas que se topan con los hechos.

la violencia de Género, por fin, es algo de lo que generalmente presumen los maltratadores, entregándose a la policía y a la guardia civil y reconociendo los hechos, para que todo el mundo sepa que han sido ellos los artífices de esos daños a la mujer de su propiedad.

Que rectifique Ana Mato, pero no sus palabras, sino su pensamiento. Que el nuevo Gobierno se conciencie de ello y no siga los pasos de Cospedal que ha dejado a las mujeres víctimas de Castilla La Mancha en manos de generosos y altruistas voluntarios, muchos de los cuales no son profesionales del tema. Que dejen la Ley en paz y que hagan lo imposible por amplificarla, por llevarla a cabo, por incluir más medidas preventivas y de protección. Cuando todo eso ocurra muchas mujeres y muchos hombres que llevamos décadas luchando contra la Violencia de Género respiraremos tranquilos porque habremos contribuido a salvar vidas.