Parece que muchos hombres de este país han visto realizado su sueño de poder meterse con alguien que representa en su persona a la "Igualdad". Hasta ahora no era políticamente correcto decir públicamente que no se creía en la discriminación existente de las mujeres, o que estaba bien que las féminas hicieran una doble o triple jornada de trabajo, o pongamos por caso, que se estaba de acuerdo con alguna que otra "zurra" para meter en vereda a la que se desviara del camino de la sumisión...
Ahora, sin embargo, con el nombramiento de Bibiana Aído como ministra del reciente Ministerio de Igualdad es como si se hubiera dado el pistoletazo de salida para que todos opinen, y lo que es peor, para que todos (y algunas todas) repitan frases que antes no se hubieran atrevido a decir.
Algunos ni siquiera a pensar... ¿Pensar? Se han quitado las máscaras de la corrección y han mostrado lo que siempre ha habido debajo, por mucho maquillaje igualitario-factor que se hubieran puesto: el machismo más recalcitrante, la intolerancia más contundente, la discriminación más reptante...
Ella, con su juventud que hiere las arrugas de los acartonados pensamientos, con su inexperiencia que fustiga a quienes cada día, desde hace décadas, van al mismo trabajo, a la misma silla, a la misma mesa... donde sólo ha cambiado la fotografía de los hijos por la de los nietos... sin que el anunciado ascenso que llegó a celebrar con cava "porque eso está hecho" se haya producido...
Ella, en su pequeño porte personal, aúna todo lo odiado por el odio, todo lo envidiado por la consabida envidia nacional: juventud, valentía, preparación... y sobre todo, valores y compromiso con ellos. Con la justicia social, con la solidaridad, con la igualdad de mujeres y hombres...
Da lo mismo lo que haga. Da lo mismo lo que diga. Los miembros no se ofenden porque diga "miembras" sino que se agitan porque cunda el ejemplo y muchas mujeres se consideren tan importantes como ellos. Les da miedo, pánico, pavor... que la imparable salida de las mujeres al espacio público les ponga en evidencia a muchos de ellos que tenían asegurado el puesto, el cargo, el mando, el salario, el ocio... por el mero hecho de haber nacido hombres. Y es que para ellos, para muchos de ellos el "tamaño" no es que sea importante, es que es lo único.
No hay un solo día que esta mujer no reciba un insulto hacia su persona y hacia su quehacer. Lo que no se han dado cuenta muchas personas es que no se están metiendo con ella, sino con las aspiraciones que tiene la mitad de la población, compuesta por mujeres, de tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres.
Gracias a otros muchos hombres que creen en la Igualdad. Gracias a "Bibi" por aguantar el chaparrón y seguir adelante...