El Tiempo y "el tiempo"


Cuando miras las agujas del reloj parece que el tiempo no corre, es como si se resistieran a moverse de su sitio. En cambio cuando no las molestamos con miradas intranqulas, inquietas o curiosas ellas adquieren vida propia y pegan saltos. De repente, son las dos y media y ya te han fastidiado porque tenían que ser las dos para llegar a tiempo a la cita y no habías contado con que ellas tienen vida propia y deciden si llegas pronto o tarde... deciden si esos 5 minutos en la cama se van a convertir en un cuarto de hora, impidiendo que puedas desayunar si quieres fichar a tu hora.
Cuando el reloj no marca minutos ni horas, sino que marca años, corre veloz cual guepardo numerado y nos iguala a todos y a todas en nuestras expresiones: ¡Hay que ver si parece que fue ayer cuando...! ¿No me digas que ya el décimo aniversario de...? o la más clasica de todas : ¡Hay que ver cómo pasa el tiempo...parece mentira!
El tiempo es un tirano que nos dimos los humanos en un afán masoquista sin igual. Nosotros lo creamos y nos ha salido rebelde, y ahora no hay quien lo meta en cintura. Le ha dado por correr y transformar el agujero de ozono en un desagarrón que a cada soplo de viento se hace más grande y nos deja, al lado de la chimenea y de los calcetines, "regalos" en forma de nieve, de frio ártico, de sol inesperado y, sobre todo, de días tristes en los que se confunden la luz del día y de la noche gracias a esas nubes negras, amenazadoras, lloronas, que nos hacen olvidar que por encima de ellas hay luz, un cielo azul maravilloso y un sol que se ha rendido ante tantos elementos con los que luchar.
Antedeayer entré en el metro, ese agujero sin fondo por el que corren o se deslizan esos gusanos de hierro a los que hacemos el favor de alimentar con nuestros cuerpos, y oí una música que despertaba en mí ecos de tristeza y, sobre todo, ecos de la juventud. Sonaba: "Reloj detén tu camino... porque mi vida se acaba...". Era la canción favorita de mi padre antes de morir. Pero yo, que soy positiva y que iba a hacer una gestión que me tenía que salir bien sí o sí, lo interpeté como un signo de su presencia y apoyo. "Reloj no marques las horas, porque voy a envejecer..."
Yo quisiera envejecer con el éxito en mis manos, si ser esclava del tiempo y con un sol radiante que me diga que la felicidad existe.

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