ELLLLLLLLLLLLLLLL 4


Vanas esperanzas, frustradas ilusiones durante siglos para millones de personas. No conozco nada que haga tan desdichada a tanta gente en unas solas horas. y hay quien se queja de la crisis. ¿Por qué no hablamos de la crisis de la felicidad, de la alegría, del abrazo, del brindis con cava o con sidra que sólo unos cuantos elegidos pueden disfrutar?
Me he convencido de que una de las cosas que más odio de la Navidad (y son muchas) es la de "bueno no nos ha tocado, pero lo importante es que tenemos salud". Pues no, jová, lo importante es que además de que tengamos salud, tengamos dinero y tiempo para disfrutar de la vida.
Recuerdo de pequeña levantarme con el sonido de las voces de los Niños de San Ildefonso cantando números, y rememoro también a mi padre con todas las participaciones extendidas sobre la mesa y un par de folios doblados por la mitad, anotando los números que iban saliendo, a la vez que comprobaba que al día siguiente tendríamos que seguir comprando al "fiao" porque no había parné pa pagar.
Nada, hija, no nos ha tocado ni la pedrea. Y aquello de la pedrea me sonaba a mi como una losa en la ilusión de mi padre.
En fin, que aunque yo predije por escrito que iba a salir el 4, sólo pienso en quienes no tienen salud, no tienen trabajo... ¿Qué les queda por hacer? No quiero ni pensarlo. La Lotería Nacional hace a la ciudadanía más desgraciada que ninguna otra cosa. Y encima queda la "esperanza" de la de El Niño, que en "esa toca más". Qué lástima que un pueblo confíe su suerte a un bombo lleno de números en los que la ley de la probabilidad juega al gato y al ratón.

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