Jesús, el apoyo más importante del huracán Zerolo



No he querido referirme a Jesús, el marido de Pedro Zerolo, por prudencia... Porque me imagino lo que estará sufriendo... He tenido oportunidad de tratarle en pocas ocasiones, pero alguna de ellas festiva, y es efectivamente un hombre discreto, dulce, simpático, inteligente y amable, además de guapo.

Una persona que sabe estar y sabe con quién está: con el huracán Zerolo. Ese desbordante político, esa persona rodeada de aura, que llena la estancia en la que entra, con su sola presencia. A quienes todos se dirigen, al que todos quieren saludar... Y Jesús, a su lado, conversando sosegadamente con los amigos, sabiéndose una de las partes más importantes de la vida de ese huracán.

Sé que Pedro necesita ahora de él más que nunca... Que "los rizos más famosos de la política" han quedado ya en el suelo de la peluquería y con ellos, parte de las señas de identidad que posee como persona. No es una cuestión trivial. Cuando te rapas el pelo por un cáncer, un poco después de ver cómo se te van quedando los mechones en la mano, es como admitir que el cáncer está ahí y está cambiando tu vida. Está luchando por llevarse tu vida... 



 Y te haces consciente, entre lágrimas, de que tienes que arreciar la lucha para vencerle. Y necesitas ayuda para luchar... Y ahí va a estar Jesús, poniendo calma en la tormenta de sentimientos, arrimando el hombro para recoger las lágrimas, pegando la oreja para escuchar los lamentos... pero, sobre todo, dando fuerzas e inspirando coraje; pero, sobre todo, espantando al mal para que se aleje...; pero, sobre todo, dando amor cuando más se necesita... ¡Juntos vencerán. Los dos se merecen seguir siendo felices!

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