¡Zerolo, podrás con él!

Querido Pedro: Son muchos los años que hace que nos conocemos. Son muchos los momentos compartidos. Los trabajos emprendidos. Los encuentros laborales y personales... Las causas defendidas en común...

Desde siempre había oído hablar de ti, con admiración, con cariño, con respeto... Cuando te conocí supe el "porqué"... y desde entonces te he "usado" siempre que he podido, porque siempre das lo mejor de ti. Tu sinceridad, tu convencimiento, tu cercanía, tus valores son contagiosos. Tu discurso vence y convence.

Da lo mismo que hables de feminismo y te metas en el bolsillo a todas las mujeres, con las que te alineas al decir: "¡Nosotras!", así, en femenino, en solidario, en derecho y por los derechos del sexo discriminado. Por ello, me cupo el honor de entregarte el Premio "Mujeres Progresistas", uno de tantos de los que te has merecido y mereces por la defensa de los colectivos LGTB, de la identidad de género, de la diversidad, de la igualdad, de las ONG, de los servicios sociales, de la ciudadanía...

Personalmente siempre he pensado que has sido una persona totalmente desaprovechada en el partido, al que tanto has aportado y aportas, por el que tanto has trabajado y trabajas... Tu destino en el PSOE debería haber sido más hecho a tu medida, es decir, más grande... Casi tan grande como lo eres tú. Nunca es tarde para rectificar errores.


Hoy, querido Pedro, cuando has decidido hacer pública tu enfermedad, que se hará notar en tu físico en los próximos meses, de nuevo me siento unida a ti por un fino vínculo, llamado Lucha. 

Tu cáncer es distinto al que yo he tenido... Todos los cánceres son distintos, porque distintas son las personas que los tienen: unas los padecen, otros los soportan, las hay que se hunden en la misma macabra correspondencia en que la enfermedad se crece... y, luego, también estamos las personas que "luchamos"...

Sé que llevas luchando contra él ya hace semanas... Sé que tienes miedo... ¿Cómo no tenerlo? Pero también conozco de ese espíritu tuyo, inquebrantable, forjado en mil batallas contra las injusticias sociales. Conozco tus armas: valores profundos y arraigados, teñidos del rojo pasión del socialismo y el laicismo... Bajo esa melódica voz de perenne acento canario, hay otra voz con raíces que se pierden en las entrañas de la tierra diversa e igualitaria en la que crees y a la que abonas con tus acciones....

Es esa voz la que ahora debes sacar para decirle a la enfermedad, de tú a tú, sin miramientos: "¡No vas a poder conmigo!"; para decirte a ti mismo: "¡Pedro tienes que vencer, vas a vencer... no hay más opción que vencer...!"

Tienes muchas personas a tu lado que están luchando contigo cada día. Que te aman, que te quieren, que te respetan y admiran... Tienes muchas más que, desde la distancia, esperan que de nuevo seas ese ejemplo de resistencia activa en el que mirarse... Tienes una ciudadanía a la que le ha conmocionado la noticia y que va a esperar esperanzada, la buena nueva de tu curación...

Olvida todo lo que no seas tú en estos momentos. Apréstate a la lucha sin cuartel. Amurállate contra las incertidumbres, el dolor, los tratamientos, los efectos secundarios... Concéntrate en la lección de vida que te está mostrando la enfermedad... Apréndela y sal adelante. La curación, como la enfermedad, está dentro de ti. Y tú la vas a encontrar...

Y déjate querer. Rodéate de la dulzura de la vida y de los pequeños momentos de felicidad. ¡Pedro, tú puedes!, ¡Tú vas a vencer! y dentro de unos meses, de un año... nos reiremos juntos de esta enfermedad que se atrevió a echarnos un pulso.





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