¡Qué poca verguenza la de utilizar las violaciones de 2 niñas para meterse con Educación para la Ciudadanía!
Hay que tener poca verguenza, poca dignidad, y sí mucha desverguenza y maldad para utilizar la violación de dos niñas para arremeter -una vez más, un día más o una hora más- contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía. El que unos menores (todos varones) hayan cometido el referido delito es una cuestión por la que tenemos que preguntarnos toda la sociedad junto a la cuestión de qué valores estamos defendiendo y transmitiendo a la infancia, la adolescencia y la juventud.
Los que se hartan de despotricar contra la EpC y los valores ciudadanos que quiere transmitir, acusan a la asignatura -y por ende, al gobierno o a cualquiera que la difienda- de que ella tiene mucho que ver con que unos chicos hayan decidido abusar sexualmente de 2 chicas, y no se plantean qué tienen que ver en todo esto la familia, la escuela, los medios de comunicación...
O sea que como el alumnado estudia lengua y literatura, escriben sus mensajes SMS sin abreviaturas... O como estudian matemáticas le dan importancia a que unas deportivas cuesten 100 euros... O como.... ¡Hay que ser simplista, y sobre todo, manipulador!
Y no es eso lo peor... Lo peor es que quienes acusan o intentan lanzar sibilinas sospechas sobre la asignatura de EpC con respecto a estos desgraciados sucesos son los mismos que están defendiendo que no se imparta la asignatura, son los que están llevando a la población --muchas veces desinformada por ellos mismos-- a la desobediencia a las Leyes. A una objeción que el Tribunal Supremo ha dicho que no tiene lugar en este caso.
Quienes siempre se han creído en posesión de la verdad. Los que toda la vida han considerado que ellos eran los auténticos y exclusivos "proveedores de la moral" ya sea desde los púlpitos o utilizando los medios de comunicación, ya no llegan con sus valores a la mayoría de una sociedad que cree en valores morales, éticos y cívicos para toda la ciudadanía. Precisamente los valores que defiende Educación para la Ciudadanía.
Es decir que estos procelosos guardianes de la moral "una, sola y grande", se ven amenazados por una asignatura que respeta otras morales, compartidas y vividas personal y socialmente. EpC les desplaza. La sociedad les desplaza porque quiere pensar por sí misma sin que les digan que eso es pecado o "se les va a caer el pelo".