I CERTAMEN DE PINTURA A LA ACUARELA "El 78" (1ª Parte)
Los 3 pintores (Pablo Durán, Carmen Laviña y Miguel Benito)
Los pintores con Andrés "el pequeñín" y dueño del 78
(Mi "no novio" con su conmovedor cuadro)
(Uno de mis cuadros que representa el cielo y el mar, y la amistad de 2 personas paseando)
(Mi "no novio" con su conmovedor cuadro)
(Uno de mis cuadros que representa el cielo y el mar, y la amistad de 2 personas paseando)
Muchas personas se perdieron el principio de la presentación, otras querían tener las palabras, y algunas más la poesía, por eso reproduzco la Presentación al completo. Ahí va:
Queridas amigas y amigos, en nombre del Bar “El 78” y de Pablo, Miguel y mío, muchísimas gracias por estar aquí con nosotros.
He mencionado en primer lugar el 78 porque es el origen de todo este “sarao”. Este bar es para muchos, reunión de amigos y amigas, para otros un refugio y para algunos, que los hay, es como su segunda casa. Andrés, el chiquitín, o el larguirucho como me gusta llamarle a mí, ha conquistado “metro a metro” nuestras voluntades.
Unas veces simpático y bromista, otras veces insoportable con el horario, pero siempre generoso con los amigos y amigas, a quienes, todo hay que decirlo “aguanta” lo indecible por amistad, aunque a veces preferiría estar fuera de la barra con nosotros tomándose un “barquito”.
En este bar, dos amigos, Pablo y Miguel, del que como sabéis soy especialmente cómplice, se hicieron una apuesta el día de Reyes para comprobar a ver si eran capaces de pintar un cuadro a la acuarela en un mes. Luego yo me metí por medio, porque me van los retos, me gusta la pintura y creí que me vendría muy bien en los momentos que estoy pasando.
Se ha cumplido el mes, y de aquella apuesta ha surgido un certamen, de aquellas risas ha surgido todo esta organización, de aquellas bromas han aparecido estos nuevos cuadros en las paredes, que no serán tan perfectos como los que había colgados de Botero, pero están hechos con ilusión.
Con la mayor ilusión del mundo, si cabe, porque el tema que se propusieron pintar Pablo y Miguel fue el de la Amistad. Es por ello que hoy hemos querido rodearnos de amigos… Y no quiero acabar sin haceros un regalo:
Cristales pueden quebrarse.
A veces basta un leve golpe de abanico.
Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla.
Se rasgan los papeles…
Se rompen los plásticos…
Se rajan las maderas…
Hasta las paredes se agrietan, tan firmes y sólidas que parecen.
¿Y nosotros?
Ah!...Nosotros tampoco somos irrompibles.
Nuestros huesos corren el riesgo de fracturarse, nuestra piel herirse...
También nuestro corazón, aunque siga funcionando como un reloj suizo y el médico nos asegure que estamos sanos.
¡CUIDADO! ¡ FRÁGIL ! El corazón se daña muy fácilmente.
Cuando oye un "no" redondo o un "sí" desganado, una especie de "nnnnsí" y merecía un tintineante "¡Sí!"...
Cuando lo engañan...
Cuando encuentra candados donde debía encontrar puertas abiertas.
Cuando es una rueda que gira solitaria día tras día...noche tras noche...
Cuando...
Entonces, siente tirones desde arriba, por adelante, desde abajo, por detrás...o es un potrillito huérfano galopando dentro del pecho.
¿Se arruga?
¿Se encoge?
¿Se estira?
No.
Late lastimado.
¿Y cómo se cura?
Solamente el amor de otro corazón alivia sus heridas.
Solamente el amor de otro corazón las cicatriza.
(Mis amigos y yo lo sabemos.
Por eso somos amigos)
He mencionado en primer lugar el 78 porque es el origen de todo este “sarao”. Este bar es para muchos, reunión de amigos y amigas, para otros un refugio y para algunos, que los hay, es como su segunda casa. Andrés, el chiquitín, o el larguirucho como me gusta llamarle a mí, ha conquistado “metro a metro” nuestras voluntades.
Unas veces simpático y bromista, otras veces insoportable con el horario, pero siempre generoso con los amigos y amigas, a quienes, todo hay que decirlo “aguanta” lo indecible por amistad, aunque a veces preferiría estar fuera de la barra con nosotros tomándose un “barquito”.
En este bar, dos amigos, Pablo y Miguel, del que como sabéis soy especialmente cómplice, se hicieron una apuesta el día de Reyes para comprobar a ver si eran capaces de pintar un cuadro a la acuarela en un mes. Luego yo me metí por medio, porque me van los retos, me gusta la pintura y creí que me vendría muy bien en los momentos que estoy pasando.
Se ha cumplido el mes, y de aquella apuesta ha surgido un certamen, de aquellas risas ha surgido todo esta organización, de aquellas bromas han aparecido estos nuevos cuadros en las paredes, que no serán tan perfectos como los que había colgados de Botero, pero están hechos con ilusión.
Con la mayor ilusión del mundo, si cabe, porque el tema que se propusieron pintar Pablo y Miguel fue el de la Amistad. Es por ello que hoy hemos querido rodearnos de amigos… Y no quiero acabar sin haceros un regalo:
Cristales pueden quebrarse.
A veces basta un leve golpe de abanico.
Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla.
Se rasgan los papeles…
Se rompen los plásticos…
Se rajan las maderas…
Hasta las paredes se agrietan, tan firmes y sólidas que parecen.
¿Y nosotros?
Ah!...Nosotros tampoco somos irrompibles.
Nuestros huesos corren el riesgo de fracturarse, nuestra piel herirse...
También nuestro corazón, aunque siga funcionando como un reloj suizo y el médico nos asegure que estamos sanos.
¡CUIDADO! ¡ FRÁGIL ! El corazón se daña muy fácilmente.
Cuando oye un "no" redondo o un "sí" desganado, una especie de "nnnnsí" y merecía un tintineante "¡Sí!"...
Cuando lo engañan...
Cuando encuentra candados donde debía encontrar puertas abiertas.
Cuando es una rueda que gira solitaria día tras día...noche tras noche...
Cuando...
Entonces, siente tirones desde arriba, por adelante, desde abajo, por detrás...o es un potrillito huérfano galopando dentro del pecho.
¿Se arruga?
¿Se encoge?
¿Se estira?
No.
Late lastimado.
¿Y cómo se cura?
Solamente el amor de otro corazón alivia sus heridas.
Solamente el amor de otro corazón las cicatriza.
(Mis amigos y yo lo sabemos.
Por eso somos amigos)
Elsa Isabel Bornemann
Me toca ahora presentaros a Miguel Benito. Como no soy objetiva, poco voy a decir de él. Sólo un secreto. Ahí donde le veis. Con ese aspecto de duro que da a veces, es una de las personas más tiernas que he conocido. He visto a pocos hombres llorar, solamente a los que son verdaderamente hombres y no temen mostrar sus sentimientos. Y a él le he visto.
Si hay algo que le emociona es un buen amigo, presente o lejano. Todos ellos son “su gente” y por ellos, transcurra el tiempo que transcurra, daría la vida, por eso es normal que haya pintado el cuadro que ha pintado, con las pocas horas que le ha quitado al descanso o al sueño.
Para mí su mayor mérito, es que tras años de decir que le gustaría pintar, por fin, lo ha hecho y con ello espero que haya iniciado una nueva actividad que le llene la pequeña parte del corazón que aún no tiene ocupada con sus amigos.
Miguel, adelante… (Miguel descubre su cuadro y dice unas palabras)
Ahora le toca el turno a Pablo Durán. Él ya es un artista consagrado, ha pintado, ha hecho escultura y hasta de su garaje ha hecho la entrada de un templo egipcio. Quienes conozcan bien a Pablo, sabrán que no sólo es “el del metro” sino que es un ser tan inquieto que para hacer todo lo que le gusta tendría que ser dos.
A él no le van las cosas fáciles y su vida y sus obras están llenas de simbolismo. Lo mismo hace regalos que tienes que buscar en una especie de gymkhana sorpresa que le pone música a un cuadro, que te discute sobre el Ché, o se enzarza en toda una disertación sobre las civilizaciones más antiguas.
He tenido el honor de conocerle y creo que ya somos amigos, y digo creo porque la amistad hay que cultivarla, y en eso estamos.
Pablo, adelante… (Pablo descubre sus cuadros y dice unas palabras)
Bueno, y ahora me toca a mí, la tercera en discordia o en concordia, la que ha intentado que una apuesta entre dos amigos sea un espectáculo para otros muchos amigos y amigas que tenemos.
Qué voy a decir de mí. Soy una enamorada de la pintura. De toda. Cuando era más joven he pintado al óleo en vez de salir en pandilla porque me apetecía más la soledad que las falsas compañías o los ligues de un día.
Hoy he retomado esta afición y lo he hecho de manera muy distinta. Lo he hecho apoyada en amigos de verdad. Ha sido todo un reto esto de la acuarela que no había practicado nunca y por ello pido mil perdones si mis obras no están a la altura. Son las primeras y por tanto serán siempre las más amadas, hayan salido como hayan salido. Y quienes tengáis hijos comprenderéis bien mi afirmación.
Soy géminis, inquieta, me gusta el periodismo tanto como tomar el sol en Canarias. Soltera por vocación y fiel hasta el más sentido perruno de la palabra. Soy una buena amiga aunque a veces me cueste demostrarlo. Por eso hoy mi obra os la dedico a todos los que me acompañáis y especialmente a mis dos sobrinos y mi hermana, que están aquí presentes.
Me toca ahora presentaros a Miguel Benito. Como no soy objetiva, poco voy a decir de él. Sólo un secreto. Ahí donde le veis. Con ese aspecto de duro que da a veces, es una de las personas más tiernas que he conocido. He visto a pocos hombres llorar, solamente a los que son verdaderamente hombres y no temen mostrar sus sentimientos. Y a él le he visto.
Si hay algo que le emociona es un buen amigo, presente o lejano. Todos ellos son “su gente” y por ellos, transcurra el tiempo que transcurra, daría la vida, por eso es normal que haya pintado el cuadro que ha pintado, con las pocas horas que le ha quitado al descanso o al sueño.
Para mí su mayor mérito, es que tras años de decir que le gustaría pintar, por fin, lo ha hecho y con ello espero que haya iniciado una nueva actividad que le llene la pequeña parte del corazón que aún no tiene ocupada con sus amigos.
Miguel, adelante… (Miguel descubre su cuadro y dice unas palabras)
Ahora le toca el turno a Pablo Durán. Él ya es un artista consagrado, ha pintado, ha hecho escultura y hasta de su garaje ha hecho la entrada de un templo egipcio. Quienes conozcan bien a Pablo, sabrán que no sólo es “el del metro” sino que es un ser tan inquieto que para hacer todo lo que le gusta tendría que ser dos.
A él no le van las cosas fáciles y su vida y sus obras están llenas de simbolismo. Lo mismo hace regalos que tienes que buscar en una especie de gymkhana sorpresa que le pone música a un cuadro, que te discute sobre el Ché, o se enzarza en toda una disertación sobre las civilizaciones más antiguas.
He tenido el honor de conocerle y creo que ya somos amigos, y digo creo porque la amistad hay que cultivarla, y en eso estamos.
Pablo, adelante… (Pablo descubre sus cuadros y dice unas palabras)
Bueno, y ahora me toca a mí, la tercera en discordia o en concordia, la que ha intentado que una apuesta entre dos amigos sea un espectáculo para otros muchos amigos y amigas que tenemos.
Qué voy a decir de mí. Soy una enamorada de la pintura. De toda. Cuando era más joven he pintado al óleo en vez de salir en pandilla porque me apetecía más la soledad que las falsas compañías o los ligues de un día.
Hoy he retomado esta afición y lo he hecho de manera muy distinta. Lo he hecho apoyada en amigos de verdad. Ha sido todo un reto esto de la acuarela que no había practicado nunca y por ello pido mil perdones si mis obras no están a la altura. Son las primeras y por tanto serán siempre las más amadas, hayan salido como hayan salido. Y quienes tengáis hijos comprenderéis bien mi afirmación.
Soy géminis, inquieta, me gusta el periodismo tanto como tomar el sol en Canarias. Soltera por vocación y fiel hasta el más sentido perruno de la palabra. Soy una buena amiga aunque a veces me cueste demostrarlo. Por eso hoy mi obra os la dedico a todos los que me acompañáis y especialmente a mis dos sobrinos y mi hermana, que están aquí presentes.
Carmen descubre sus cuadros y explica brevemente su intención.
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